Terminé "Experto de silencios", de Pablo Gonz hace unos días. Los mismos
que he tardado en procesar lo leído.
La contracubierta dice: “con la alegría que inspira lo nuevo y la
gentil inocencia de todo participante, el protagonista de esta novela acepta
participar en un experimento científico, absolutamente novedoso, que le
permitirá encarnarse sin peligro en otra persona: ocupar el lugar de su alma,
tomar decisiones por ella; en definitiva, ser otro”
Es una novela trepidante y original. Una historia en la que, aunque no
quieras, acabas metida hasta el cuello, yendo y volviendo, buscando a Marcel a
quien el protagonista no para de preguntar, de increpar, de insultar, dado el
caso, sin obtener respuesta alguna, de ahí el título de la novela. Porque entre
el tal Marcel y el protagonista del experimento se pierde la conexión en un
momento determinado de la historia.
Esta pérdida de la conexión marcará el resultado del experimento a través
de unas situaciones ridículas que, aparte de dejarte sorprendido, te mantiene
con la sonrisa permanente y más de una carcajada. Todo ello te lleva a seguir
leyendo para saber el posible, digo posible, desenlace o conocer a la persona
sustituida por el protagonista.
El hecho del absurdo incluye un relato muy bien trabado, un lenguaje
vivo, irónico, teniendo en cuenta que para escribir una novela con este aparataje
frenético hay que manejar muy bien el lenguaje, tal como hace Pablo Gonz.
Estoy convencida que, como apunta también el autor en la contracubierta, tanto a Chesterton como a Saki o Wodehouse les hubiera encantado esta novela.